La materia orgánica, junto con el aire y el agua, es uno de los componentes básicos del suelo. El contenido de materia orgánica en el suelo es determinante para el desarrollo del programa de fertilización.
La mayoría de los suelos contienen entre el 1% y el 5% de materia orgánica en su capa superficial. Esta pequeña cantidad modifica las propiedades físicas del suelo y afecta sus propiedades químicas y biológicas. Cuando la materia orgánica se mineraliza o descompone se produce un conjunto de compuestos estables de color oscuro conocido con el nombre de humus.
Este humus está constituido por las huminas, ácidos húmicos y fúlvicos. Según Lizondo, estos ácidos influyen marcadamente no sólo en la producción de los cultivos sino en la reducción de costos y el uso de agroquímicos.
Los ácidos húmicos y fúlvicos mejoran la fertilidad de los suelos e incrementan la capacidad de intercambio iónico. También forman quelatos y exaltan la capacidad de absorción y translocación de nutrientes por las plantas y desbloquea el fosforo.
En las plantaciones citrícolas y hortícolas se vio en el suelo un incremento de la solubilidad luego de tres años de aplicación de ácidos húmicos sin la adición de fertilizantes fosfatados, indicó Lizondo.
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